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12 de agosto de 2025

Rayos UVA y UVB: cómo afectan a la piel

El sol es una fuente esencial de vida, pero también una de las principales causas del envejecimiento prematuro de la piel. Aunque los efectos negativos de la radiación solar son conocidos, aún existe cierta confusión sobre qué tipos de rayos ultravioleta existen y cómo afectan a la piel.

Para entender la importancia de una buena fotoprotección, conviene diferenciar claramente los dos tipos principales de radiación solar que alcanzan la superficie terrestre: UVB y UVA.

¿Qué son los rayos UVB?

Los rayos UVB (ultravioleta B) son los principales responsables de las quemaduras solares. Representan un pequeño porcentaje de la radiación UV que llega a la piel, pero su energía es más intensa. Afectan sobre todo a la capa más superficial de la epidermis y su intensidad varía según la hora del día, la estación del año y la altitud.


Protegerse de los UVB es importante porque una exposición excesiva y sin protección puede provocar eritemas, daño celular, alteraciones en el ADN y, a largo plazo, aumentar el riesgo de cáncer de piel.

¿Y qué son los rayos UVA?

Los rayos UVA (ultravioleta A) tienen una longitud de onda mayor, lo que les permite penetrar más profundamente en la piel, llegando a la dermis. Aunque no provocan quemaduras inmediatas, son responsables de procesos como la pérdida de elasticidad, la aparición de arrugas y las manchas solares.

Además, los UVA están presentes todo el año y durante todo el día, incluso cuando está nublado o en interiores, ya que atraviesan cristales y ventanas. Esto significa que el daño que provocan es más silencioso, pero constante.

Protegerse de los UVA es fundamental para prevenir el fotoenvejecimiento y mantener la salud de la piel a largo plazo.

¿Por qué es importante que el protector solar cubra frente a los rayos UVB y UVA?

Un protector solar eficaz debe ofrecer protección de amplio espectro, es decir, actuar frente a los rayos UVB y UVA. Esto es clave por todo lo anteriormente descrito.

Ambos tipos de radiación actúan de forma distinta, pero sus efectos se suman. Solo una fórmula completa puede proteger verdaderamente la piel del daño solar en todas sus formas: desde la quemadura visible hasta la degradación del colágeno o la formación de radicales libres.

Al elegir un fotoprotector, conviene asegurarse de que indique claramente que protege frente a UVA y UVB, ya sea mediante símbolos o etiquetas específicas.


Es imprescindible usar protector solar todos los días del año

Uno de los errores más comunes es pensar que el protector solar es necesario solo en verano o en días soleados. Sin embargo, como ya se ha mencionado, la radiación UVA se mantiene constante durante todo el año, incluso cuando no es visible el sol.

La exposición acumulada, aunque sea leve, puede generar daños progresivos en la piel, visibles en forma de manchas, pérdida de luminosidad o flacidez. Además, el envejecimiento solar no depende solo de la intensidad del sol, sino de la frecuencia con la que la piel está expuesta sin protección.

Por eso, aplicar protector solar a diario, como parte del cuidado diario de la piel, es una de las medidas más efectivas para preservar la salud y juventud de la piel a largo plazo.

Comprender las diferencias entre los rayos UVA y UVB es fundamental para adoptar una protección solar adecuada y así mantener la piel protegida los 365 días del año.

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